De vez en cuando aparece en la cartelera de cine una película que logra hacernos reflexionar sobre temas que creíamos superados o eventos cotidianos que pasan inadvertidos ante nuestros ojos. Este es el caso de la película alemana La Ola (Die Welle), que se proyecta por estos días en Bogotá, en la que vemos cómo un sencillo experimento termina por convertir a un pequeño grupo de estudiantes de colegio en un movimiento social inspirado en el fascismo, cuestionando la estabilidad de los pilares sobre los que está construida la democracia.
Todo comienza con una sencilla pregunta del profesor Rainer Wenger a sus alumnos durante una clase sobre autocracia: ¿creen que el régimen nazi podría repetirse nuevamente en este siglo? Como los estudiantes contestan masivamente que no, Wenger decide hacer un experimento para mostrarles cómo funciona un gobierno totalitario, creando junto a ellos un grupo llamado “La Ola”, en el que los alumnos se someten voluntariamente a la disciplina y el liderazgo del profesor hasta convertirse en un movimiento real en tan sólo una semana, generando en ellos un sentimiento de identidad que los lleva a ejercer la violencia, el vandalismo y la discriminación contra los demás alumnos del colegio, con resultados trágicos.
Ésta película está basada en un hecho real ocurrido en California en 1967 y nos muestra que, a pesar de que en la mayoría de las sociedades occidentales el gobierno democrático parece haber llegado para quedarse, el fantasma del autoritarismo sigue vivo y sólo hace falta que se den ciertas condiciones (un liderazgo fuerte y un sentido de pertenencia nacional o grupal que imponga la lógica de amigo-enemigo) para que podamos encontrarnos nuevamente ante la amenaza de una dictadura.
Películas como ésta nos hacen reflexionar sobre la fragilidad de los sistemas democráticos y la importancia de nuestra labor como jóvenes de continuar trabajando para fortalecer los valores y principios que los sustentan, como el pluralismo, el respeto a la diferencia, la separación de poderes y la garantía de los derechos ciudadanos.
Fuente: http://www.unetealaola.com/
Andrés Navas
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