A propósito de los comentarios en el Transmilenio.

Esta pregunta me la hice después de escuchar tantas bobadas en los noticieros, periódicos pero sobre todo en los Transmilenios. Estos buses llenos de sabiduría popular han despertado mi interés de escritor. He escuchado anonadado y con algo de rencor a algunas personas en estos buses biarticulados decir cosas como: ¡yo soy apolítico!, ¡yo no voto por nadie porque todos son unos ladrones!, y una de las campeonas y la que me hizo escribir este artículo fue, porque gastan tanto dinero en las elecciones, deberían darle ese dinero a los pobres y dejar a Uribe de presidente. Eso para mí fue como una patada en la ingle, o como cuando en el capítulo de los Simpsons le pegan a Homero en las partes nobles. Y me hice la pregunta, ¿la democracia tiene precio?, está bien preguntarse entonces por el precio que tiene la democracia. Bueno empecemos por lo básico, y esto es una noticia de última hora, para todos aquellos que hablan en el transmi, las personas por definición no pueden ser apolíticas, decir eso es un error gigantesco. A todos aquellos que dicen esto por favor corrijan y digan más bien que a ustedes no les interesa la política, o que son apáticos hacia la política, ya que es imposible que alguien sea apolítico a menos que sea un ermitaño que viva en luna, cuando ese día llegue esta en todo su derecho a decir que es apolítico. Repito lo que decía Aristóteles, “el hombre es un animal político por naturaleza”.

La decisión de esa persona que no vota la comprendo, pero no la comparto. Es que la culpa no es solo por acción sino también por omisión y como me dijo alguien algún día, “si usted no hace política seguro alguien la hace por usted” y adivine quién hace la política por nosotros en este país. Y son esas mismas personas las que más tarde están vendiendo su voto, fariseo les digo a todos aquellos que hacen eso.

Por último, a aquella persona o personas que piensen que las elecciones cuestan mucho, y que sería mejor dejar al ilustre doctor Uribe en el poder, le digo que LA DEMOCRACIA NO TIENE PRECIO. El poder elegir y ser elegido, hacer parte de la toma de decisiones y el rumbo del país no se puede doblegar o dejar en segundo plano por el hecho de la apatía política. Es necesario que la sociedad despierte y tome conciencia que somos parte de la historia, y que la escribimos con cada paso que damos, no podemos seguir repitiendo como loros lo que escuchamos, y ser presas fáciles del miedo, la pereza y la injustica reinante en la sociedad. Es por eso que estas elecciones nos permiten ser parte de la historia. Por eso invito a participar a todos aquellos jóvenes que puedan votar este 30 de Mayo ir a las urnas y ser parte del proceso de cambio.

Mauricio Garzón